El edificio fue objeto de un reciclaje integral de la planta baja y entrepiso de la antigua usina de la ITALO.
La propuesta se basó en la revaloración de los espacios existentes, liberando al máximo la planta para las exposiciones, permitiendo una amplia flexibilidad.
El criterio funcional se estructura a partir de un eje central que recorre los 3 sectores del complejo:
1) Eje central de adoquines, que recorre el edificio principal, conectado espacialmente a a traves de arcadas que vinculan la visualmente la totalidad de la planta. Asimismo se planteo un plano de madera paralelo a la circulación que alberga baños y cafetería. La conexión con el patio central es total a traves de grandes ventanales.
2) El patio central fue tratado como un espacio abierto, preservando su calidad historica. Un conector vidriado, con estructura de perfiles metálicos, define la circulación entre los dos edificios existente. El patio fue tratado como un espacio adoquinado con una fuerte presencia de las fachadas existentes que se reciclaron a nuevo en piedra parís.
3) El edificio posterior es una gran planta libre muy flexible, con dos áreas definidas por su altura: una la gran nave de 15 m. de altura de fuerte espacialidad y una cubierta con cabreadas metálicas, y otra debajo del entrepiso metálico construído con una bovedilla continua de chapa. Este entrepiso balconea sobre la nave principal.
Asimismo, conectado a este espacio fue proyectado un ámbito de meditación, de gran austeridad por medio de un piso de granito fiamatado y un banco de hormigón..
El concepto estético se basó en la revaloración de la Arquitectura existente genuina, versus la incorporación de nuevos elementos funcionales que fueron tratados como piezas de diseño de fuerte significación.