Se proyectó este edificio como una verdadera caja de cristal donde una de las esquinas (la intersección de Av. J B Justo con la calle Honduras) se desmaterializa enfatizando el acceso peatonal al mismo. El remate es una bóveda metalica que expresa la tecnología.. Interiormente las vigas circulares dominan el espacio planteado a través de un eje central que remata en un volumen de ladrillo de vidrio que alberga la escalera. La planta baja es libre para atención al público. Los niveles de oficinas, en los pisos superiores se conectan por medio de puentes de suave pendiente que respetan los niveles originales. Este prisma se conecta con un volumen ubicado en el interior de la manzana y proyectado como un octógono de planta libre con cuatro columnas, exento de las medianeras y totalmente vidriado. Finalmente, este espacio único interior se expresa hacia la ciudad como una caja transparente que se apoya en un zócalo de granito negro, que resuelve la relación con el peatón.